martes, 25 de diciembre de 2012

Proserpina - Martha Wainwright

Una tiene la suerte de estar estos días igual que en cualquier otro momento del año en el que piso mi casa y estoy junto a mis padres, en realidad poco o nada de especial tienen estas fechas cuando de lo que disfruto en ellas es lo mismo que en otras ocasiones en las que cruzo el charco de un salto. Cambian las delicias culinarias con las que me hincho hasta reventar, la ropa que me cubre, la luz que impera, pero en el fondo todo lo importante es exactamente igual. Si uno lo piensa, en realidad es como debería ser, no veo demasiado sentido a eso de que porque sean unas fechas determinadas de repente todos tengamos que volcarnos en la familia que nunca vemos (porque en el fondo no nos importa tanto), o en ser solidarios porque toca, siempre me pareció hipócrita y forzado. Un caso diferente es aquel de gente que por razones de distancia sólo puede reunirse una vez al año, entonces todo cobra sentido. Quizás algún día me encuentre en esa misma situación y pueda valorarlo, quién sabe.

Volver a casa es, irremediablemente y sea en la época que sea, volver a la mayor calidez que existe, la del hogar. La de los abrazos de nuestra madre, de nuestro padre, los únicos que sabemos que nunca nos van a fallar, que nunca van a faltar. Porque quizás el único amor irremplazable y de verdad para toda la vida sea ese, quizás ese mismo sea la propia esencia del amor más puro. El que está ahí siempre a pesar de desacuerdos, peleas y diferencias. El que de verdad lo perdona y casi lo olvida todo. El que nos da y nos dará consuelo incluso cuando no lo merezcamos, aquel que tras echarnos la bronca de nuestras vidas y hacernos sufrir con su (muchas veces) verídico juicio se redimirá en un terapéutico abrazo que significa mucho más de lo que expresa cualquier palabra. El que aunque le cueste al final hace que encontremos la comprensión. Y es que si en algún momento de nuestras vidas estamos perdidos, no encuentro mejor lugar para refugiarse y coger fuerzas para volver a dibujar nuestro camino.

Con los años es cierto que podemos sentir una mayor distancia. Nuestros padres se hacen mayores, las discrepancias crecen. Nuestras madres, como siempre, siguen teniendo la razón el noventa por ciento de las veces, pero quizás encontremos alguna ocasión en la que esa razón suprema se rompa y, aún así, nos haga dudar. Necesitamos ganar paciencia y asumir los cambios, de la misma manera que ellos han asumido nuestros propios cambios, probablemente haya sido más difícil para ellos. ¿Y no es eso también otra prueba de ese mismo amor? Nadie dijo que fuera fácil, sólo un sentimiento, probablemente el más importante del mundo.

Todo este texto no es más que una excusa para poner una preciosa canción del fantástico último disco de Martha Wainwright, compuesta para ella por su madre antes de morir. Una canción sencilla pero con todo el sentimiento del mundo, su preciosa voz acompañada por un piano y un violín, y culminada con un coro que le da el punto de emotividad final, que quizás quiera expresar todo lo escrito en las líneas anteriores. Que, además, resulta ideal para acompañar estos días.

4 comentarios:

  1. Muy bonito texto. No soy muy de navidades pero en cuanto a oportunidad para el reencuentro familiar no hay fecha que la supere. Para quienes vemos a diarios a los familiares es un poco peñazo, pero sin duda los que viven lejos del hogar dulce hogar sben valorarlo más.
    Y qué preciosidad de canción! No tengo muy escuchados a los Wainwhright, pero creo que me tira más la música de ella que la de él.
    Saludos navideños!

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  2. Qué bien me viene tu texto para limpiar el alma, querida. Molts besets.

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  3. JMHulme, bonito texto pero contestación tardona.... Muchas gracias. Ya sabes que yo pienso como tú en ese sentido, pero bueno, quizás algún día tenga que valorarlo porque no tengo otro momento para estar en casa, espero no tener que pasar por ello...

    No sabes lo que me alegra que te guste esta canción, es muy clásica pero preciosa, yo también creo que te gustará más ella que él, es más... arriesgada, dejémoslo ahí. No te dejes llevar por el clasicismo de esta pieza, el disco es un poco diferente... échale una escucha y me dices (y si vols, te lo envío).

    Un besote!!!

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  4. Johnny, desde tu perspectiva tiene un matiz diferente, porque sería lo que tu hija en el futuro escribiría sobre ti. Muchas gracias por lo que dices, me alegro de haber causado este efecto.

    Molts besets!!!

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