domingo, 6 de enero de 2013

Gold dust - Jonathan Jeremiah

Quizás era, si no la más esperada, una de las mañanas que más anhelábamos que llegara. La noche anterior, hasta aquellos más guerreros para dormir nos afanábamos por estar bien temprano en la cama, aún con el chocolate y el roscón en el estómago y todos los caramelos de la cabalgata desperdigados por casa. Los zapatos estaban en el balcón, el dibujo que siempre les dejaba en el salón y confiaba en que mi madre se acordaría de dejarlo todo donde tocaba. Era difícil conciliar el sueño con los nervios pero al final el propio cansancio nos hacía caer. Y soñábamos, nos despertábamos a mitad de la noche, en más de una ocasión seguro que jurábamos haberlos oído. Cuidado, había que disimular que estábamos dormidos, ¡¡que si no pasaban de largo!!

Al día siguiente bien temprano salíamos disparados de la cama en dirección al salón con los nervios concentrados en el estómago. Y allí empezaba el festival de retirada de molestos papeles y embalajes, para descubrir bajo los mismos aquello que deseábamos. La muñeca de ese año, el circuito de tren con el que soñábamos, la bicicleta. Despertábamos a nuestros padres, cuya cara de emoción por ver nuestra ilusión disimulaba la sorpresa. Por un día nosotros éramos los protagonistas, tomábamos la ciudad con nuestras recientes adquisiciones, llenábamos los contenedores de cajas y cartones. Los que sois padres debéis disfrutar de lo lindo de revivir en vuestros retoños todo esto, pero desde el otro lado.

No hay nada como la ilusión. Es difícil crecer y mantenerla, pero hay que luchar por conservar algo de la misma cuando nos hacemos mayores, porque la vida sin ella es mucho más dura, más difícil. ¿Se puede vivir sin ilusiones? Posiblemente la respuesta sea tan sencilla como un no rotundo. Porque a lo largo de la vida el origen de la misma puede variar como las distintas etapas, pero nunca debe desaparecer. Y si en algún momento dudamos o pensamos que desapareció, no tenemos más que mirar atrás cada 6 de enero y acordarnos de todas estas cosas, emocionarnos y sonreír. Quizás encontremos el valor para volver a encontrarla en algo.

Disfrutad en este mágico día de esta preciosa canción, sencilla, evocadora y con un toque mágico. ¡¡Que tengáis felices Reyes!!


4 comentarios:

  1. Dificil superar la ilusión que me hizo mi primera bicicleta que me la trajeron los reyes!! de todos modos las ilusiones de mayor serán distintas pero pueden ser mejores aún. Por poner un ejemplo, somos o no somos felices esperando al 23 de enero para ver que nos traen los reyes magos primaverales ¿?

    Un señor como el JJ para el 2013 no estaría mal, de donde lo has sacado ¿? :p
    felices reyes. besos.

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  2. Magnífica descripción de la noche+día de Reyes! Justo ayer discutía si la magia de la llegada de los Reyes Magos reside en la noche del 5, cuando vienen sus majestades, o a a la mañana del 6, al despertar y correr a buscar los regalos. Los nervios antes de dormir no tenían precio, y la costumbre de dejar pan y agua a los camellos me parece preciosa; pero encontrarte los regalos mágicamente en el comedor/la salita/¿el lavabo? era una pasada. La duda nació de una conversación anterior, comentando la gente que hace cena de Reyes VS quienes hacen comida al día siguiente. La idea es celebrar esa ilusión que comentas en el post, pero claro, técnicamente qué es mejor, cenar antes de que vengan los Reyes o comer una vez se han ido? En fin, pajas mentales a gogó xDD
    Abraçades!

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  3. Viola, a mí también me trajeron mi primera bici, y el triciclo!!! A mí es que me hacían ilusión todos los regalos, era tan feliz!!! Y tienes razón, de mayores las ilusiones pueden ser hasta mejores, como lo que comentas del primavera o los conciertos mismos.

    Jejejejjeje tienes razón, pongamos un JJ en nuestra vida en 2013!!! Pues lo saqué de una recomendación de Lapor, y vaya descubrimiento que fue!!!

    Un beso!!!

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  4. JMHulme, gracias!! La verdad es que todos estos años he escrito la noche y sobre la noche de reyes, y este año casi por accidente escribí el mismo día y la verdad es que si miras atrás y recuerdas, quizás era aún mejor!!! Pero son dos momentos totalmente diferentes pero igual de especiales. La noche tiene un tinte mágico, de nervios, de espera, de ilusión.... Pero el día es genial, es la felicidad absoluta, la ilusión de estrenarlo todo!!! A tu pregunta, creo que lo mejor es ir la cabalgata, comerse el roscón con chocolate antes de ir a dormir... y al día siguiente hacer la gran comilona con los regalos!!! Has visto como lo soluciono de rápido?? Jeje. Bienvenidas sean las pajas mentales, sí señor!!

    Un beso!!!!

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